Las corridas de toros tienen vigencia legal en Quito, es verdad, pero no por eso son legítimas. De hecho, absolutamente lo contrario.
La comisión taurina de la ciudad ha vuelto a ser integrada para un perìodo màs, pero acoge en esta ocasión un interés pobre y debilitado por parte de los seguidores de estos espectáculos cruentos quienes, como ya se ha visto, han mudado a aficiones de tinte menos rojo (menos mal). Los desesperados al parecer son los empresarios, aunque no deberían ya que sus pequeñas o grandes dehesas siguen produciendo papas, habas y demás vegetales, o se estàn transformando en hosterias de campo que posiblemente sean una mejor inversión a largo plazo.